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Mostrando entradas de marzo, 2015
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Esta noche me he dedicado a observar la luna y encontré un resplandor mucho más grande, el de su rostro, no se si lo hice porque en el fondo era eso lo que quería o fue solo otra bonita casualidad donde esta ella. ¿Cómo explico que le hecho de menos? si no hay mucho por lo que eso naturalmente deba suceder, pero creo que mi mejor excusa es que hay algo en mi que la mantiene viva en mi mente, algo que ni yo me explico, pero igual se mantiene en mi ser, ahora se que si admiro la luna allí la podré encontrar y eso de pronto haga que la extrañe menos. Hoy encontré en ese gran astro reflejada su anhelante mirada y fue lo más bonito de la noche, de hecho de todo mi día, la razón por la que observo a los demás con cara de loca risueña.

Maravilloso sería...

Que hermoso seria amanecer entre sus brazos, con su olor  penetrado en mi cuerpo, compartiendo el mismo oxígeno y abrigándonos del frío que embarque la inmensidad de la noche, que bonito sería saber que amaneció la flor más hermosa del jardín entre mi piel, siendo cubierta por las sabanas con las que duermo cada noche y amanezco cada día, para saber así que no solo es en mis sueños que puedo palpar su belleza.

Tan solo una noche...

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Tan solo fue necesaria una noche para saber cuan hermosa podrías llegar a ser, cuan maravillosa eres, si bien tus ojos podrían enseñarme tu alma, que así fue, también fueron el comienzo de los míos hacia la escultura viva de tu cuerpo; luego imaginé sin errores que tus labios eran la entrada al paraíso, lo supe porque algo en mi mente, en mi cuerpo y en mi alma me decía que podía encontrar en ti una tierna  dulzura llena de algo de pasión que reflejaba tus movimientos, tu forma de caminar y ese vaivén de caderas que exhibías. Tus ojos cafés son como la luna, irradian luz en una oscuridad que pareciera infinita pero que acaba al hacer contacto con ellos, sí; porque iluminan cada una de las almas que los descubren, aunque no los conocí llenos de felicidad sino de nostalgia y preocupación no podían dejar de ser mi único centro de atención. Y tus labios rosados y frescos que se iban secando al contacto con los cigarrillos, esos sí que me hicieron perder por un momento en mis aluci